Apreciadas y apreciadas colegas:
Hoy 20 de marzo de 2023 iniciamos un nuevo año de actividad académica regular en Gestión PUCP. En una escena ya plenamente presencial, volvemos a las aulas para ofrecer nuestra vocación y conocimientos al servicio de la formación de los futuros tomadores de decisiones para las organizaciones de nuestro país y el mundo.
La circunstancia que nos toca en el inicio del primer semestre académico viene marcada por el impacto de fenómenos climáticos ante los cuales se pone de manifiesto nuestro pobre sentido de la previsión como Sociedad y como Estado. El costo en vidas y pérdidas materiales que ello viene generando nos devuelve sobre el valor fundamental de la misión con la que estamos comprometidos: la formación de gestoras y gestores que el Perú necesita. Nuestra tarea consiste en orientar la formación de nuevas generaciones de tomadores de decisiones provistos de unas ciertas competencias que distinguen a nuestra academia en Gestión. Nos toca enfocarnos, en particular, en el sentido integral desde el que nos proponemos formar a las gestoras y gestores del futuro.
La experiencia climática que hoy padecemos no es una tragedia; es un drama de sino kármico asociado a la falta de buenas decisiones. Una y otra vez volvemos sobre ello. Ya lo sabemos. Bien sabemos que los llamados “desastres naturales” no son tales, sino procesos climatológicos donde se pone de manifiesto la profunda unidad de la Naturaleza y la sociedad humana. El cambio climático que nos aqueja es producto de una forma nefasta de asumir el desarrollo reducido a crecimiento depredador de nuestras condiciones de vida. Esta mirada sistémica es imprescindible para las futuras gestoras y gestores que desde esta semana tendremos frente a nosotros. Pero no es meramente un asunto de comprensión teórica de carácter sistémico. Es también y, ante todo, una cuestión de sentido ético-práctico para atender y resolver aquí y ahora ciertas formas de sufrimiento humano que podríamos al menos aliviar con respuestas preventivas (zonificación territorial bajo lógicas de gestión de cuencas, por ejemplo) y atención a la emergencia en progreso con decisiones financieras y logísticas competentes. Una mirada rápida a todo lo que aquí se pone de manifiesto nos revela de inmediato lo enorme de la tarea que tienen por delante las y los futuros gestores.
La profesión en la que formamos a nuestros estudiantes no es meramente técnica pero sí eminentemente práctica. Atender cuestiones prácticas no es asunto menor ni una cuestión puramente operativa como es visto por quienes no entienden la naturaleza de la Gestión. Más pronto que tarde, los asuntos técnicos serán procesos automatizados o asumidos por las inteligencias artificiales. La formación profesional en Gestión, más bien, demanda una vasta experiencia universitaria en muy distintos ámbitos del conocimiento, así como un potente sentido ético. Quizá esta semana podemos dar inicio a nuestro vínculo con los estudiantes conversando sobre lo que viene ocurriendo a nivel climático, sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer como Sociedad y Estado para que ello ocurra. Es una oportunidad no deseada pero que está ahí para comunicar el sentido de lo que quisiéramos ofrecerles a ellas y ellos, y, por su intermedio, al país.
Desde la firme convicción de que nuestra academia Gestión PUCP puede aportar a las vidas de las y los jóvenes que pasan por nuestras aulas y al país que queremos, ¡les deseo un buen año lectivo 2023!
Dr. Levy del Aguila
Jefe DACG